Investigadores del Instituto Tecnológico de California, Estados Unidos, asociaron la disminución de la actividad sísmica en el campo volcánico Coso a las operaciones de una central de esa fuente de energía renovable durante los últimos 30 años.
Los campos geotérmicos, como esa región californiana, son áreas donde las temperaturas del subsuelo son particularmente altas, por ejemplo, como resultado de la actividad volcánica o tectónica, precisó el artículo.
Este calor puede utilizarse para crear energía limpia que no requiere la quema de combustibles fósiles y, en su aprovechamiento, es bombeada el agua al suelo donde las altas temperaturas calientan el líquido y al volver a la superficie, ese recurso térmico se emplea para generar electricidad.
Investigaciones anteriores fueron abandonadas debido a la sismisidad asociada a ese bombeo, pero el nuevo estudio confirmó que los movimientos telúricos (alrededor de magnitud cuatro) y la deformación ‘silenciosa’ o asísmica (que ocurre sin producir un terremoto) alivian el estrés y reducen el riesgo de un terremoto más grande.
‘Nuestro estudio muestra que en realidad hay un beneficio en esto. Podrías imaginar el desarrollo de geotermia campos a lo largo de la falla de San Andrés, por ejemplo, donde obtendría energía limpia y disminuiría el riesgo de un gran terremoto’, declaró Jean-Philippe Avouac, profesor de geología e ingeniería mecánica y civil.
La técnica utilizada se denomina interferometría de radar de apertura sintética (SAR) para descubrir deformaciones y hundimientos de decenas de centímetros de la superficie del campo geotérmico de Coso en las décadas transcurridas desde su desarrollo.
El modelo final de esa deformación determinó que el subsuelo se estaba contrayendo térmicamente debido al agua bombeada, lo que explicaría por qué la región no experimentó réplicas importantes después del gran terremoto del 5 de julio de 2019 de magnitud 7,1 en la escala de Richter, concluyó el artículo.
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