Según sus informaciones, tras la detención de Kaminski y Wonsik el 9 de enero, Duda teme que el actual Gobierno encabezado por el primer ministro, Donald Tusk, tenga su propia gente en su seguridad.
El Jefe de Estado polaco, al enterarse de la detención de Kaminski y Wonsik en su palacio, primero se sorprendió y luego se enfureció, cita el periódico las palabras de uno de sus informantes.
De acuerdo con el informante, Duda inicialmente decidió abandonar por completo su seguridad, al transferir sus funciones a la gendarmería militar, pero la legislación existente no lo permitía.
Los principales culpables del fracaso, que permitió a un grupo de 14 agentes de policía entrar libremente en el palacio presidencial y detener a Kaminski y Wonsik, son según el periódico dos jefes adjuntos del servicio de seguridad presidencial.
Según la fuente, entre el entorno del presidente prevalece la creencia de que con su traición querían conservar sus puestos bajo el nuevo Gobierno, y ahora Duda sospecha que esto era parte de una conspiración.
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