Las estadísticas revelan un alza en el número de miembros de ese grupo, mayoritariamente musulmán, que huye de la persecución en Myanmar, expuestos a muertes y desapariciones mientras realizan riesgosos viajes en barco por el mar de Andamán y la bahía de Bengala.
Cifras divulgadas por el organismo aseguran que durante 2023 se reportaron los índices más altos durante los últimos nueve años, con un total de 569 víctimas fatales.
Casi cuatro mil 500 miembros de la comunidad se embarcaron en viajes marítimos mortales en 2023, lo que supone un aumento significativo con respecto a años anteriores, mientras que la mayoría de quienes se aventuran son mujeres y niños.
De acuerdo con Acnur, un rohingya murió o desapareció por cada ocho que intentaron el viaje el pasado año, lo que convirtió al mar de Andamán y la Bahía de Bengala en una de las extensiones de agua más mortíferas del mundo.
“En un único incidente mortal ocurrido en noviembre de 2023, se teme que unos 200 rohingya perdieron la vida cuando se informó que su barco se había hundido en el mar de Andamán”, dijo el portavoz de la organización Matthew Saltmarsh.
La entidad reiteró su llamado a las autoridades regionales a tomar medidas urgentes para prevenir futuras tragedias, al insistir en su obligación internacional de salvar vidas y rescatar a quienes se encuentran en peligro en el mar.
Esa comunidad musulmana busca refugio en países vecinos frente al hostigamiento de las autoridades de Myanmar, una nación predominantemente budista.
Casi un millón de rohingya viven en campamentos en Bangladesh y más de mil llegaron a Indonesia en barco en los últimos meses.
npg/ebr