La BSAP pasó de ser una simple guardia forestal a una fuerza considerable de efectivos bien pertrechados al servicio de intereses políticos
El gobierno –como primer paso- derogó la Orden del 10 de mayo de 2017 por la que se nombra a Jeantel Joseph, Director General de la Agencia Nacional de Áreas Protegidas (ANAP).
Al mismo tiempo, creó una comisión técnica para la reestructuración de dicha entidad.
Es urgente tomar todas las medidas que faciliten lo antes posible este empeño en pos de su buen funcionamiento, precisa el diario Le Moniteur.
La ANAP, departamento autónomo del Ministerio de Medio Ambiente, es responsable de la BSAP, la cual desde hace varios año fue alejándose de sus funciones.
La cuestión del BSAP es muy delicada y es objeto actualmente de varias reuniones al más alto nivel del gobierno.
En 2018 el BSAP contaba con 100 agentes, en 2021 eran 121 y ahora extraoficialmente se contabilizan cuatro mil hombres bien armados.
Lo que más preocupa a las autoridades haitianas es que este cuerpo traspasó los límites de sus funciones de velar por la flora y la fauna del país caribeño, y anda involucrado con individuos de la escena política, en especial los opositores.
El gobierno busca la cifra exacta de efectivos, fuentes de financiamiento y cómo están desplegados en el país, incluso en zonas que no son consideradas áreas protegidas.
Este cuerpo está dividido en tres categorías de miembros, una parte está asignada a la seguridad del Ministerio de Medio Ambiente, otra hace realmente lo que puede para proteger determinadas zonas protegidas, y una tercera categoría se considera electrones libres al servicio de intereses políticos.
Le Nouvelliste recordó recientemente que a los integrantes del BSAP hace meses no se les paga su salario, de ahí que son dados a presionar a autoridades y empresarios particulares a cambio de dinero.
El BSAP está integrado en su mayoría por antiguos miembros de las fuerzas armadas haitianas y por jóvenes.
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