Al crear la fecha, la ONU destaca la importancia de que el mundo se dirija a sistemas energéticos más modernos, asequibles y sostenibles que ayuden a conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 mediante la transición energética global hacia las llamadas energías limpias.
Las energías renovables, limpias o verdes son aquellas que se obtienen de recursos naturales inagotables como la luz solar o que se regeneran de forma constante en un período de tiempo corto.
Dichas fuentes no generan emisiones de gases de efecto invernadero ni contaminantes atmosféricos dañinos, contribuyendo así a reducir el impacto ambiental y el cambio climático.
Entre las energías limpias destacan la fotovoltaica, obtenida a través de paneles solares que convierten la luz solar en electricidad.
Igualmente, la eólica producida por la fuerza del viento mediante turbinas que generan electricidad, y la hidroeléctrica, que es generada a partir de la fuerza del agua en movimiento, mediante represas o embalses.
Asimismo, la geotérmica extraída del calor interno de la Tierra, aprovechando el calor natural bajo la superficie terrestre para generar electricidad o calefacción.
Tambièn, la proveniente de la biomasa, que es derivada de la materia orgánica como residuos agrícolas, forestales o desechos orgánicos, utilizada para generar energía térmica o eléctrica.
Estas fuentes energéticas son sostenibles a largo plazo y contribuyen a reducir la dependencia de los combustibles fósiles, promoviendo un sistema energético más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
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