La fecha, establecida en 2005, tiene como objetivo contribuir a prevenir futuros actos de genocidio en un momento en que el odio se extiende a una velocidad alarmante, de acuerdo con el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres.
La víspera, el titular de la Organización de Naciones Unidas (ONU) pidió no callar ante la discriminación o la intolerancia, al inaugurar la ceremonia por la jornada internacional. Ante el salón de la Asamblea General, Guterres pidió a los líderes y ciudadanos escuchar y aprender de los supervivientes y víctimas, condenar estos terribles crímenes contra la humanidad y esforzarse por erradicar el antisemitismo y todas las formas de fanatismo.
El odio crece a una velocidad alarmante y el mundo debe denunciar con firmeza las fuerzas que fomentan la división, advirtió.
El antisemitismo que alimentó el holocausto no empezó con los nazis ni terminó con su derrota, dijo, sino que fue precedido por miles de años de discriminación, expulsión, exilio y exterminio.
Ahora más que nunca, agregó, debemos recordar que la demonización del otro y el desprecio por la diversidad son un peligro para todos; ninguna sociedad es inmune a la intolerancia y a cosas peores, y que el fanatismo contra un grupo es fanatismo contra todos.
Este Día Internacional fue establecido en conmemoración al triunfo, en 1945, de las tropas soviéticas del campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz, con el fin de contribuir a prevenir futuros actos de genocidio.
Los horrores de esa etapa de la historia llevaron a la adopción de los tratados internacionales que en la actualidad consagran la igualdad, la dignidad y los derechos frente a la tiranía y la miseria, recordó a propósito de la fecha el alto comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, Volker Türk.
El mundo tiene el deber de examinar por qué ocurrió el holocausto para garantizar que nunca se repita, señaló el titular en un comunicado.
La deshumanización que posibilitó el holocausto, la profundidad y la escala de este fracaso de la empatía y del sentimiento hacia otros seres humanos, es incomprensible y aterradora, consideró Türk.
«Es nuestro deber buscar respuestas a cómo podrían haberse evitado estos crímenes. Si no lo hacemos, podrían volver a ocurrir», insistió.
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