En la localidad de Hinche, en el centro de la nación antillana, intentaron prender fuego a las instituciones públicas, pero al no poder hacerlo, levantaron barricadas y quemaron neumáticos ante las puertas de la Oficina Nacional de Seguro de Vejez, el Tribunal de Paz y el Registro Civil.
En Mirebalais, bloquearon la Ruta Nacional Tres en particular en el puente Fer à Cheval, precisó el diario Le Facteur.
La BSAP sigue inconforme con las medidas impuestas por el gobierno y planea extender su rebelión, idea que de concretarse traerá más violencia en Haití.
Según los últimos reportes, los agentes que operan en el nordeste no tienen intención de entregar las armas a pesar de lo dispuesto por el primer ministro, Ariel Henry, a quien acusan de favorecer los intereses de República Dominicana.
La BSAP tiene prohibida la circulación en el país caribeño, esos hombres ya no podrán moverse con libertad vistiendo sus uniformes, armas largas y pistolas, de lo contrario serán sancionados por la ley, advirtió un comunicado gubernamental.
De hecho, deberán a acudir a la oficina del Ministerio del Ambiente, órgano rector, para realizar un censo como parte de la reorganización de la Agencia Nacional de Áreas Protegidas (ANAP).
La BSAP pasó de ser una simple guardia forestal a una fuerza considerable de efectivos bien pertrechados al servicio de intereses políticos.
El gobierno –como primer paso- derogó la Orden del 10 de mayo de 2017 por la que se nombra a Jeantel Joseph, director general de la ANAP.
Al mismo tiempo, creó una comisión técnica para la reestructuración de dicha entidad.
La ANAP, departamento autónomo del Ministerio de Medio Ambiente, es responsable de la BSAP, la cual desde hace varios año fue alejándose de sus funciones.
En 2018 el BSAP contaba con 100 agentes, en 2021 eran 121 y ahora extraoficialmente se contabilizan cuatro mil hombres bien armados.
Lo que más preocupa a las autoridades haitianas es que este cuerpo traspasó los límites de sus funciones de velar por la flora y la fauna del país caribeño, y está involucrado con individuos de la escena política, en especial los opositores.
El gobierno busca la cifra exacta de efectivos, fuentes de financiamiento y cómo están desplegados en el país, incluso en zonas que no son consideradas áreas protegidas.
Este cuerpo está dividido en tres categorías de miembros, una parte está asignada a la seguridad del Ministerio de Medio Ambiente, otra hace realmente lo que puede para resguardar determinadas zonas protegidas, y una tercera se considera electrones libres al servicio de intereses políticos.
Los integrantes del BSAP hace meses no se les paga su salario, de ahí que son dados a presionar a autoridades y empresarios particulares a cambio de dinero.
Está integrada en su mayoría por antiguos miembros de las fuerzas armadas haitianas y por jóvenes.
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