Según las fuentes que citaron activistas locales, se escucharon varias explosiones en el referido enclave a consecuencia del impacto de los aparatos aéreos no tripulados, mientras helicópteros estadounidenses sobrevolaban intensamente la zona a baja altura.
La autodenominada Resistencia Islámica en Iraq asumió la autoría de esta acción y aseguró que es parte de la continua respuesta al apoyo estadounidense a la guerra de Israel contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza.
Las bases militares norteamericanas en Siria e Iraq fueron atacadas más de 150 veces en los últimos tres meses, según reconocen funcionarios del Pentágono.
Washington mantiene una quincena de bases en territorio sirio sin el consentimiento del Gobierno de Damasco, ni la aprobación de las Naciones Unidas.
Siria denunció repetidamente esta presencia, la que calificó de ocupación, y aseguró que la actuación de los militares estadounidenses en el territorio nacional incentiva la actividad terrorista y apunta a desestabilizar el país y saquear sus riquezas.
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