Tras nueve meses de hostilidades, el PMA lanzó la petición al Ejército de Sudán y a las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) ante la urgencia de llevar alimentos a quienes se encuentran en estado de emergencia por hambre.
Actualmente, el Programa solo puede entregar ayuda regular a una de cada diez personas en el nivel cuatro de alerta (el segundo más grave) porque un centenar de sus camiones han estado bloqueados estos últimos meses, dijo su portavoz, Leni Kinzli.
«Cada uno de nuestros camiones necesita estar en la carretera todos los días entregando alimentos al pueblo sudanés, que está traumatizado y abrumado después de más de nueve meses de un conflicto espantoso”, agregó.
Sin embargo, la asistencia vital no está llegando a aquellos que más la necesitan, alertó el vocero quien describió informes que dan cuenta de personas que mueren de hambre en el país.
Casi 18 millones de personas en todo Sudán enfrentan actualmente hambre aguda, lo que se traduce en una fase tres en el sistema de Clasificación Integrada de Seguridad Alimentaria.
La situación empeorará si no se ofrecen garantías inmediatas para la entrega segura y sin obstáculos de asistencia alimentaria humanitaria a las zonas afectadas por el conflicto, instó por su por su parte Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general, António Guterres.
Para evitar que una crisis se convierta en una catástrofe, el PMA insistió en que la población de Sudán debe poder acceder a ayuda y alimentos de inmediato.
De acuerdo el organismo, el número de personas hambrientas se ha duplicado respecto al año anterior a pesar de sus esfuerzos por llegar al mayor número posible de necesitados.
“Se está volviendo casi imposible para las agencias de ayuda llegar a puntos críticos como Jartum, Darfur, Kordofán y ahora al estado de Al-Jazira debido a la continua inseguridad, los controles forzosos de carreteras y las exigencias de tasas e impuestos. Y esa es una forma diplomática de hablar de otras cosas”, agregó Dujarric.
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