En un mensaje remitido por el Ministerio de Relaciones Exteriores, la nación centroamericana lamentó los daños derivados del siniestro y aprovechó para renovar el llamado a la comunidad internacional sobre la necesidad de concretar acciones en el enfrentamiento al cambio climático.
Los incendios forestales ya están considerados como la catástrofe más grande ocurrida en Chile durante los últimos 14 años y, según sus autoridades, tendrán un impacto considerable en la economía.
Cifras oficiales mencionan a más de un centenar de muertos, así como numerosos negocios, viviendas e inmuebles incinerados por las llamas, que se extendieron y avivaron por la combinación de los fenómenos climatológcos de El Niño y La Niña.
El ministro chileno de Hacienda, Mario Marcel, anunció un plan de medidas destinadas a paliar los daños, entre ellas la entrega inicial a las familias damnificadas de un bono por 1,5 millones de pesos (unos mil 700 dólares) para compra de enseres y equipos perdidos por el fuego.
También habrá un apoyo para la reconstrucción de las casas destruidas, estimadas en unas seis mil, aunque el registro en el terreno continúa y la cifra final será sin duda más elevada.
Respecto al sector privado, el primer afectado es el turismo debido a cientos de cancelaciones de paquetes de paseo y reservaciones en hoteles, así como una sensible baja de visitantes desde el viernes reciente.
Por lo menos 10 empresas sufrieron daños totales o parciales cuando las llamas alcanzaron el barrio industrial El Salto, en Viña del Mar.
Otros emprendimientos menores, como panaderías, restaurantes, bodegas de arriendo y hasta pequeños cultivos de frutas y vegetales, que normalmente no están aseguradas, perdieron todos sus bienes.
Todo ello se traducirá en una baja de empleos, lo que será un doble impacto para quienes lamentan la muerte de miembros de su familia y la destrucción de sus bienes.
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