En ese grupo aparecen la tuberculosis, lepra, hepatitis virales y VIH/Sida.
También figuran la malaria, enfermedad de Chagas, tracoma, esquistosomiasis y sífilis, entre otras.
En el período 2017 y 2021, esos padecimientos fueron responsables por la muerte de más de 59 mil personas en el gigante sudamericano, es decir, bajo vulnerabilidad social.
«Cuando hablamos de determinantes sociales, hablamos también de determinantes que son de clase social, étnicos raciales y están en la raíz de muchos problemas de salud que tenemos», afirmó la ministra Nísia Trindade.
La meta anunciada por Trindade forma parte del programa Brasil Saludable, iniciativa del Comité Interministerial para la Eliminación de Enfermedades Determinadas Socialmente, coordinado por la cartera de Sanidad y más 13 del Gobierno federal con movimientos sociales.
Además de técnicos de la salud, estuvieron en el evento el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom.
Las medidas ratifican los objetivos globales establecidos por Naciones Unidas, a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 y la iniciativa de la Organización Panamericana de la Salud para la eliminación de enfermedades en las Américas.
Para cumplirlas, el plan del Gobierno federal estableció cinco ejes de actuación: lucha contra el hambre y la pobreza, equidad, derechos humanos y protección social, fortalecimiento de la capacitación y comunicación para agentes sociales.
De acuerdo con la ministra, el programa refuerza un decreto firmado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que establece el fin de enfermedades e infecciones determinadas y perpetuadas por la pobreza, hambre e iniquidades sociales.
Por su parte, Adhanom calificó el plan de Brasil de ambicioso y elogió al país por dar largos pasos en esta trayectoria de universalización de la salud.
«Realmente es una declaración verdaderamente audaz de intenciones. Puedo decir que (esto) es mi tipo favorito de plan, ambicioso, pero factible. Y que al mismo tiempo tratará las causas raíz del problema, los determinantes sociales de la enfermedad, las desigualdades», punteó.
Advirtió que las enfermedades se alimentan de la pobreza y compartió la expectativa que el programa Brasil Saludable sea modelo para los demás países del Sur Global.
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