Mediante el proyecto Krafla Magma Testbed, que tomará muestras de la lava y desarrollar investigaciones experimentales, está prevista una primera perforación para 2026 seguida de otra en 2028, indicó el portal The Conversation.
La temperatura de la corteza terrestre aumenta con la profundidad y la energía almacenada se manifiesta a través de erupciones volcánicas en la superficie, y por ello países como Islandia y Japón, con una actividad volcánica elevada, cuentan con alto potencial para aprovechar esta fuente.
Se trata de una forma energética muy versátil, pues puede emplearse el calor directamente en piscinas, balnearios, sistemas de calefacción, entre otros, y también es posible su uso para producir electricidad.
Los yacimientos geotérmicos alcanzan temperaturas superiores a los 150 grados, suficientes para generar vapor de agua y poner en funcionamiento un ciclo termodinámico similar al de una central térmica o nuclear.
La cámara magmática del volcán Krafla logra temperaturas de más de 900 grados, por lo que para aprovechar esta fuente de energía tienen que desarrollarse nuevos materiales y sensores capaces de soportar calores extremos.
Más de un 70 por ciento de la energía consumida en Islandia es de origen geotérmico y el país alcanzó la autosuficiencia en la producción de electricidad combinando, principalmente, la geotermia con la generación hidroeléctrica.
La capital, Reykjavik, cuenta con un sistema de calefacción que funciona con agua calentada con energía geotérmica y una vez que calienta los hogares se hace circular por las calles para fundir la nieve.
Hasta 1970 Islandia basó su política energética en combustibles fósiles pero en 1973 trazó un plan estratégico para aprovechar la geotérmica, a consecuencia de la crisis por el alza de los precios del petróleo, para avanzar hacia la independencia energética y la descarbonización.
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