¿Está de acuerdo que el régimen de excepción continúe en El Salvador? fue la pregunta de una encuesta en línea de la publicación, una de las de mayor circulación en el país.
El 57 por ciento respondió NO, un 38 por ciento votó por el SI y un cinco por ciento aseguró desconocimiento del tema.
El régimen de excepción es considerado la política estrella del gobierno en el enfrentamiento a las pandillas y gracias a esa medida se frenó su auge y el país avanzó hasta niveles mínimos en la tasa de homicidios. Después de años como la nación más insegura de la región Latinoamericana, El Salvador bajó el índice de asesinatos en 2015 desde 106 fallecidos por cada 100 mil habitantes hasta una tasa de 2.4 en 2023.
Según proyecciones destacadas por el presidente Nayib Bukele, en 2024 espera reducir la tasa de asesinatos atribuibles a las bandas o pandillas a 1,6 por cada 100 mil habitantes para colocarse en la cima regional, incluso por sobre Canadá, hasta ahora el referente regional en logros contra ese flagelo.
El tema de la prolongación de la medida, ya lleva 23 prórrogas por la Asamblea legislativa, es una constante en los debates políticos del país, una parte plantea que viola derechos fundamentales y otra concibe la medida como la herramienta necesaria en la detención ya de cerca de 77 mil presuntos pandilleros y colaboradores.
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