Patrimonio cultural de Angola y centro donde todas las artes florecen, sus trabajadores no titubean al afirmar que fue el francés quien diseñó el edificio, el cual se distingue de todas las demás construcciones de Luanda.
Las filigranas metálicas y su galería envolvente lo convierten en el mejor ejemplo de arquitectura de hierro en el país, donde en realidad no constan registros de su origen.
Una placa colocada el 14 de julio de 2017 certifica en nombre del Gobierno francés que el Palácio de Ferro forma parte del universo estético de Gustave Eiffel y fue creado en el ámbito de la Exposición Universal de París en 1889; pero no existen pruebas que permitan afirmarlo con certeza.
Varias versiones refieren que la estructura se construyó entre 1880 y 1890 en Francia como pabellón para el evento y luego se desmontó y se transportó en barco.
Su destino pudo haber sido Madagascar, sin embargo, se especula que el navío se hundió en las costas angoleñas y de esa manera llegó a tierra. Otras fuentes alegan que no hubo naufragio y que el equipo llegó a Luanda, donde fue vendido en subasta pública.
La realidad es que el inmueble fue adquirido por la Compañía Comercial de Angola a finales del siglo XIX y durante el período colonial se convirtió en un centro de arte de gran prestigio.
Tras la independencia (1975) y en la etapa de la guerra, el edificio se deterioró, dejó de ser empleado como espacio cultural y sus jardines quedaron convertidos en parqueo de vehículos.
La restauración llegó en 2015 con el objetivo de recuperar la infraestructura y sus valores patrimoniales, pero, sobre todo, para devolverle a los habitantes de la ciudad esta joya, escenario imprescindible de las artes y un verdadero palacio para la cultura.
(Tomado de Orbe)