Los desplazamientos forzosos debido a la violencia generada por las bandas criminales, las agresiones de todo tipo, la pérdida de hogares y posesiones se suman a la lista de la desilusión social que gesta el deseo de muchos individuos de acabar con su propia vida de una buena vez.
Tales conclusiones fueron evidenciadas con el aumento de llamadas a la línea de ayuda del Centro de Intervención Psicoterapéutico de Crisis de Haití con el apoyo de la compañía de telecomunicaciones Digicel, la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud, entre otros actores.
Entre noviembre y diciembre de 2023 fueron recibidas mil 812 llamadas, y el grupo de edad de 12 a 17 años representa el 12 por ciento, de 18 a 35 el 52 y el de 35 a 57 el 20 de estas, precisó el diario Le Nouvelliste.
«¡Tenemos que alarmarnos de que en nuestra resistente sociedad haitiana tanta gente llame a un teléfono de ayuda para hablar de suicidio!” declaró el psicólogo Ronald Jean-Jacques al rotativo.
Es sin duda es un síntoma de malestar, de un nivel de desesperación bastante elevado, el cual genera esta alta tasa de ideación suicida entre la población, pero las personas que conozcan a alguien con estos pensamientos deben mostrarle afecto y compasión, recomendó.
Un sujeto con la idea de abandonar este mundo no debe sentirse solo ante todas estas dificultades, incluso cuando esté en compañía de otros ciudadanos atacados, fracasados o desesperados, no se puede dejar que experimenten estar a la deriva, sin nada que lo motive a vivir.
“Encontrarán con los demás el consuelo y el apoyo para seguir adelante», sentenció Jean-Jacques.
Ante los motivos que mueven a muchos a pensar en quitarse la vida, otros prefieren abandonan el país, ya sean ciudadanos de a pie, profesionales de la educación, la salud y ejecutivos de diferentes ramos.
En 2023 la población haitiana trató de sobrevivir, pero muchos ya se sentían desorientados, cansados y desanimados debido al deterioro de la seguridad, el aumento de la inflación y la agudización de las contradicciones políticas.
Vivir sus días en medio del crimen organizado, la violencia sexual, el desempleo, entre otras dificultades, ya no fue más una opción, y dirigieron su mirada a destinos como México, Canadá y Estados Unidos, a este último, ya llegaron más de 100 mil haitianos el pasado año.
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