Recordó que recientemente un periodista muy laureado publicó en ese diario un reportaje en su contra el cual confirmó que el NYT ni es objetivo ni profesional y que, como el Reforma de México, está al servicio del conservadurismo.
Aclaró que nunca el periodista presentó pruebas de lo que afirmaba y que el título de su trabajo lo matizó al ponerlo entre signos de interrogación.
Denunció que la versión del “narco presidente” que acuñó el NYT se reprodujo más de dos mil millones de veces lo cual reveló de manera muy clara que se trató de una operación con los robots y explicó detalles al respecto, como la repetición de errores iguales en todas las versiones.
Calificó al diario neoyorkino de pasquín y denunció un cuestionario al respecto enviado por su corresponsal en México para que respondiera a dos supuestas investigaciones realizadas presuntamente por la DEA y el gobierno de Estados Unidos sobre su falsa relación con el narcotráfico.
Proyectó y rebatió las siete preguntas, tipo emplazamiento, de la representante del diario en México, todas sobre la presunta entrega de dinero del cartel de Sinaloa a él y a sus hijos en la campaña presidencial de 2006 cuyo triunfo en las urnas se lo robó Felipe Calderón con apoyo del expresidente Vicente Fox y contubernio con el Instituto Nacional Electoral.
La periodista le puso un ultimátum de que tenía hasta las 5 de la tarde de ayer para responder so pena de que no se publicara su respuesta en las dos investigaciones realizadas por el gobierno y la DEA.
Al proyectar las siete preguntas del cuestionario del NYT demostró que ninguna de las dos supuestas investigaciones estaba sustentada en pruebas sino en presuntos testimonios de “informantes” no identificados y transferencia de dinero no confirmadas que aliados “cercanos” al presidente recibieron de manos de carteles de la droga.
López Obrador fue cáustico al explicar el poco creíble argumento de que las investigaciones fueron cerradas porque autoridades de Estados Unidos, a las que no mencionan, dijeron que podría provocar conflicto con México.
Pusieron como ejemplo la reacción del gobierno con la arbitraria detención en Estados Unidos del general Salvador Cienfuegos acusado por la DEA sin que pudieran mostrar pruebas de presuntos vínculos también con el narcotráfico y se vieron obligados a liberarlos y desestimar el caso.
Después de analizar cada una de las siete preguntas, todas del mismo tenor de la acusación de vínculos con el narcotráfico, el mandatario calificó de vergonzoso ese tipo de periodismo el cual está en franca decadencia.
Espero, dijo en sus conclusiones del tema, que el gobierno de Estados Unidos exprese algo al respecto de esto, pero si no lo hace es su asunto, pero cualquier gobierno democrático defensor de las libertades tienen el deber de informar.
ro/lma