Días atrás el mandatario, que cumple dos términos consecutivos, máximo que marca la Constitución, provocó una crisis nacional al posponer los comicios presidenciales apoyándose en alegadas disputas con las listas de candidatos y la doble ciudadanía, senegalesa y francesa, de algunos de ellos.
A pesar de tener el apoyo del Poder Legislativo, controlado por la coalición que lo llevó al poder, Sall tropezó con un escollo insalvable cuando el Tribunal Constitucional declaró ilegal la decisión que le habría permitido permanecer en el sillón Ejecutivo otros 10 meses.
Tras la emisión del fallo los miembros de la Asamblea Nacional (parlamento unicameral) propusieron convocarlas en diciembre próximo, pero en su alocuión de anoche el mandatario advirtió que el país no puede permanecer casi nueve meses sin presidente.
Añadió que el diálogo con los actores políticos programado para la semana próxima tendrá que decidir lo que “resulte mejor para los intereses de la nación (y) después de las conversaciones, el Consejo Constitucional estará en condiciones de aclarar la cosas”.
La pausa en la crisis enfría los ánimos en este país francoparlante de África occidental donde tres personas murieron y un número indeterminado,pero alto, resultaron heridas durante las protestas contra la posposición de los comicios.
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