La cita se prevé para septiembre de este año, y en su anuncio Guterres significó que más de un año de pandemia de la Covid-19 evidenció claramente el vínculo entre desigualdad, pobreza, alimentos y enfermedades.
Aseguró que en estos momentos millones de personas no gozan del derecho humano a la alimentación y que lejos de avanzar hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible, nuevos datos revelados indican que hasta 811 millones de personas sufrieron hambre en 2020, un aumento de 118 millones con respecto al año anterior.
‘En un mundo de abundancia, no tenemos excusa para que miles de millones de personas no tengan acceso a una dieta saludable. Es inaceptable’, dijo al conocer los hallazgos del más reciente informe sobre el estado del hambre y la desnutrición en el mundo.
Guterres se refirió a la necesidad de la unión para hacer un cambio urgente, en tanto agregó que los altos precios de los alimentos y la creciente pobreza y desigualdad impiden a unos tres mil millones de personas de todos los rincones del planeta tener la posibilidad de alimentarse con una dieta saludable.
En pleno 2021 estamos negando un derecho fundamental de todas las personas, enfatizó, y agregó que si bien la producción mundial de alimentos se incrementó un 300 por ciento, de mediados de la década de 1960 a la fecha, la desnutrición es uno de los factores que disminuyen la esperanza de vida.
Frente a esa situación desastrosa, Guterres confió en que la reunión previa a la Cumbre que tendrá lugar en Roma a fines de julio defina la ambición mundial para transformar los sistemas alimentarios, atacando simultáneamente el hambre, la emergencia climática, la desigualdad y los conflictos.
También consideró que el cambio climático es lo mismo un motor que una consecuencia del hambre, y recalcó la urgencia de tiempo para implementar los cambios necesarios con el fin de limitar el aumento de la temperatura global.
‘Nuestra guerra con la naturaleza incluye un sistema alimentario que genera un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero y que causa hasta el 80 por ciento de la pérdida de biodiversidad’, acotó.
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