En este contexto, las autoridades instaron a los ciudadanos a reducir significativamente las interacciones sociales y limitar los movimientos solo a los servicios esenciales hasta el próximo 26 de julio.
Asimismo se ordenó el cierre de oficinas públicas y privadas, excepto las que prestan servicios esenciales; otras medidas son la prohibición de los deportes al aire libre y las actividades recreativas, las escuelas permanecerán cerradas y se limita a 15 los asistentes a los funerales.
No obstante, continuarán las llegadas internacionales y el turismo, aunque sigue en vigor el toque de queda del atardecer al amanecer impuesto nacionalmente en junio pasado.
Hasta ahora expertos consideran que Ruanda evitó lo peor de la pandemia con la aplicación de medidas de contención más estrictas que otros Estados del continente africano e implementando un riguroso régimen de pruebas y rastreo de contactos, aunque en las últimas semanas hubo un marcado incremento de enfermos. Los hospitales resultaron rebasados en sus capacidades y faltan medicamentos, en este país donde se registró unos 51 mil casos de la Covid-19, de los que 607 perecieron, recordó africanews.com.
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