El paro fue convocado por las organizaciones Federación Italiana Metalmecánica, Federación de Empleados y Trabajadores Metalúrgicos y Unión Italiana de Trabajadores Metalmecánicos las cuales subrayaron ‘la arrogancia de la empresa’, al desconocer las propuestas de los sindicatos y el gobierno.
Unos 200 trabajadores de la compañía participaron en una manifestación en el Ministerio de Desarrollo Económico en esta capital donde los viceministros Gilberto Pichetto Fratin y Alessandra Todde recibieron a una delegación de los tres sindicatos para analizar la situación.
En el centro de la polémica está la decisión de Whirlpool de cerrar su planta en la ciudad de Nápoles a finales de octubre del año pasado con el argumento de la inexistencia de mercado para las lavadoras de alta gama que se producían en aquel establecimiento.
En declaraciones la víspera al diario Corriere della Sera, el administrador delegado de la sucursal italiana de la empresa, Luigi La Morgia, dio por concluido el asunto y abogó por la búsqueda de soluciones ciertas y estables, sin perspectivas reales a ‘muy corto plazo’.
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