Cientos de manifestantes se reunieron en sus calles, exigieron justicia para el mandatario y su familia, mientras portaban camisetas con la imagen del exgobernante y reclamaban justicia.
En varias zonas de Cabo Haitiano y las regiones del norte del país, se realizaron ceremonias vudú para dar el último adiós a Moïse, a quienes sus partidarios describieron como el hombre que quería liberar al país de los oligarcas corruptos.
También se escucharon disparos en el centro de la ciudad, mientras que la vigilia oficial promovida por la alcaldía tuvo que ser suspendida, mientras se intensificaban los disturbios.
Los funerales nacionales tienen previsto iniciarse a las 05:30, hora local, del viernes con el arribo de féretro a la residencia familiar, la exposición de los restos mortales, y la ceremonia debe extenderse hasta pasado el mediodía.
Moïse murió por el impacto de 12 balas en su residencia privada de la capital, en un ataque en que resultó herida su esposa Martine Ethienne.
La Policía apresó por los hechos a 18 colombianos, cinco estadounidenses de origen haitiano, mientras seis continúan a la fuga.
Estados Unidos admitió que entrenó a varios miembros del comando armado sospechoso de ultimar al presidente, mientras la Administración de Control de Drogas reconoció que al menos uno de los detenidos trabajó como informante de la agencia federal.
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