‘Esta persecución y la represión nunca ha detenido al movimiento independentista y nunca lo detendrá hasta la consecución de la libertad y la soberanía de este país’, afirmó el legislador del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) como orador principal en los actos de recordación de Arnaldo Darío Rosado y Carlos Soto Arriví.
Ambos fueron ejecutados por la policía en el pueblo de Villalba (centro), donde el 25 de julio de 1978 fueron llevados por un agente encubierto para, presuntamente, derribar unas torres de comunicación en el Cerro Maravilla.
Márquez Lebrón subrayó que en 1899 se dio el primer acto documentado de persecución política en Puerto Rico por el gobierno de Estados Unidos al identificar en Ciales (centro) a un luchador independentista que se oponía a las fuerzas invasoras estadounidenses.
Los actos, con una dedicatoria a la cantante Flora Santiago por sus años de entrega a la causa de la liberación nacional de Puerto Rico, ocupado militarmente por la nación norteña en una fecha como esta hace 123 años, contaron con varios oradores, siendo el principal el legislador Márquez Lebrón.
‘Esta persecución y la represión nunca ha detenido al movimiento independentista y nunca lo detendrá hasta la consecución de la libertad y la soberanía de este país’, dijo el diputado, quien reconoció la presencia de la senadora María de Lourdes Santiago, vicepresidenta del PIP.
Recordó que el Partido Popular Democrático (PPD) creó desde La Fortaleza, sede del ejecutivo, el principal esquema de persecución política.
Este se desató en la década de 1950 contra miembros de los partidos Nacionalista, Comunista e Independentista con el propósito de legitimar la constitución del Estado Libre Asociado (ELA) en 1952, hace en este día 69 años.
Sin embargo, la combatividad del Partido Nacionalista produjo en octubre de 1950 el levantamiento armado que permitió proclamar la segunda República de Puerto Rico, en Jayuya.
Además, organizó el ataque a la Casa Blair en Washington y al Congreso de Estados Unidos en 1954, mientras el PIP, a través de su fundador Gilberto Concepción de Gracia, denunció el acoso a los luchadores por la soberanía nacional.
Los miembros de la Policía Insular fueron preparados en las academias del Buró Federal de Investigaciones (FBI) para combatir al independentismo, no para perseguir el crimen, y crearon listas de hombres y mujeres para acabar con el movimiento independentista.
Mientras, el sindicalista Ricardo Santos denunció la política de entrega del gobierno de Puerto Rico de la estatal Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) a LUMA Energy luego de una campaña en contra de la Unión deTrabajadores de la Industria Eléctrica y Riego (Utier), que presidió en décadas pasadas.
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