Medios locales informaron este lunes que Karadima falleció la noche del domingo a los 90 años en el Hogar San Juan de Dios, por bronconeumonía, insuficiencia renal, diabetes melitus e hipertensión arterial, según indicó el certificado de defunción.
La historia de Fernando Karadima y sus continuados abusos sexuales sobre menores resulta emblemática en Chile luego de que en 2010 tres de sus víctimas, Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo, denunciaran públicamente y por primera vez los vejámenes sufridos en la parroquia de El Bosque, de esta capital.
A partir de ese momento las denuncias y el escándalo fueron aumentando como una bola de nieve, más cuando la Iglesia solo obligó a Karadima a retirarse y la justicia determinó que los delitos, los cuales fueron acreditados, habían prescrito.
El tema cobró mayor trascendencia cuando en 2018 el papa Francisco visitó Chile donde fue recibido con fuertes protestas, tanto por los abusos sexuales cometidos por religiosos como por su ocultamiento por la jerarquía católica.
Las críticas generaron que el sumo pontífice ordenara una investigación que llevó a cabo su enviado especial a este país, el obispo Charles Scicluna, y que se saldó con la renuncia de prácticamente todos los obispos chilenos cuando fueron llamados al Vaticano.
Asimismo Francisco determinó expulsar a Karadima del sacerdocio.
Este lunes, ante la noticia de su muerte, Eneas Espinosa, vocero de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico de Chile, declaró que ‘Karadima es otro más que se va sin responder a la justicia’ y añadió que ‘ojalá Chile haya cambiado lo suficiente para que Karadima deje de ser la norma de la impunidad’.
En un comunicado, James Hamilton lo calificó de ‘un eslabón más en esta cultura de perversión y encubrimiento en la iglesia’ y aseguró que sólo nos mueve seguir luchando para que estos crímenes no vuelvan a pasar y por tantas personas que lo han vivido y que aún no tienen justicia’.
oda/rc