‘Liberando el poder del planto para la salud de las personas’ fue el tema de una de las mesas redondas, moderada por Lana Weidgenant, vicepresidenta de ‘Cambio a Patrones de Consumo Sostenible’, de la cita cimera convocada por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, para septiembre próximo en Nueva York.
Integraron el panel en formato virtual y presencial, la subdirectora general de la Organización Mundial de la Salud, Zsuzsanna Jakab, la activista ambiental de Chad, Hindou Oumaru Ibrahim y el ministro italiano de Políticas Agrícolas, Alimentarias y Forestales, Stefano Patuanelli, como orador principal.
En su presentación, Patuanelli elogió las bondades de la Dieta Mediterránea, la cual calificó como ‘un verdadero estilo de vida’, más allá de una relación de alimentos aconsejables por su tipología y cantidad.
En ese sentido, recordó que fue reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco ‘no sólo por su peculiaridad’ desde el punto de vista de la salud, sino también como reconocimiento de su valor cultural, el cual ‘reafirma incluso su función de promotora de la calidad ambiental, social y cultural’.
El ministro subrayó que la respuesta a la comida chatarra es volver a las tradiciones inmersas en la modernidad con productos con indicaciones geográficas, los cuales realzan el territorio, son ecosostenibles y tienden a elegir la dieta Mediterránea, entendida como estilo de vida.
Otro panel con fuerte presencia italiana fue el moderado en su parte inicial por el exministro y actual asesor especial y director general asistente de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Maurizio Martina.
En la fase inaugural de la mesa titulada ‘De la Declaración de Matera del G20 a la Cumbre de Sistemas Alimentarios: un marco para las coaliciones de acciones emergentes’, hablaron el director general de la FAO, QU Dongyu, el economista jefe de ese organismo, Máximo Torero, y la vicecanciller italiana, Marina Sereni.
Los tres oradores exaltaron el papel desempeñado por Italia en la lucha contra el hambre y la malnutrición en foros e iniciativas recientes como presidenta de turno del G20 e impulsora de esta precumbre y de la Coalición Alimentaria mundial, en estos dos últimos casos junto con la FAO.
En particular, destacaron aspectos de la Declaración de Matera en la cual los 20 países más industrializados del planeta ratificaron el compromiso de construir sistemas alimentarios resilientes y sostenibles, para enfrentar el hambre.
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