El precepto que estableció la celebración definía entonces a la cultura como expresión esencial del hombre y definición e identificación de los pueblos, los cuales trascienden merced al desarrollo, preservación y difusión de aquella.
Según la crítica especializada, precisamente, fue Rojas un agente esencial en la difusión del patrimonio nacional y un representante singular de diversas manifestaciones culturales, reflejado en sus escritos.
Dentro de su obra tiene especial relevancia el texto Historia de la Literatura Argentina, escrito entre 1917 y 1922, fragmentado en cuatro mil páginas y ocho volúmenes que concluyó su edición en 1949.
De acuerdo con el propio intelectual, el material resulta un ensayo filosófico en torno a la evolución de la cultura en la ciudad de La Plata, por lo cual podrá encontrar en sus líneas una buena dosis también, pedagogía, artes plásticas y música.
El volumen, al decir del multifacético autor, ‘no se reduce al análisis de la poesía solamente (épica, dramática y lírica), pues incluye géneros didácticos que sirven de base en la organización social y las bellas artes que sirven de coronamiento en la naturaleza humana’.
Acreedor del Premio Nacional de Ensayo en 1923, Rojas creó la primera cátedra de Literatura Argentina en la Universidad de Buenos Aires, donde ocupó el cargo de rector durante un período y fue, además, embajador por su país en Perú.
Su hogar y biblioteca, con más de 20 mil libros de emblemáticos escritores de su tierra, se convirtieron en el Museo Casa de Ricardo Rojas y fue declarado monumento histórico nacional el 29 de mayo de 1958.
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