Abanderada del país sudamericano que aterrizó en Tokio con apenas 11 representantes, Rodríguez habló de satisfacción y alegría en declaraciones exclusivas a Prensa Latina: Estoy muy contenta con mis resultados. Los sueños continúan, porque la vida sigue.
En la antesala de la final, la corredora concluyó en el séptimo puesto, con tiempo de 2:01,76 segundos, después de quedar en el medio del pelotón y sin fuerzas para un remate que la llevara un poco más allá.
Fue una carrera muy difícil. Estar concentrada aquí es bastante complicado, pues los deseos pasan factura. Las cosas se dan a veces sí y otras no; así que la eliminación no borra nada de lo alcanzado.
Un breve repaso a la competencia muestra que los últimos 200 metros parecieron eternos, cuando el braceo quedó corto y las piernas no respondieron como la mente exigía y el corazón deseaba.
Yo lo dejé todo en la pista. Sigo siendo positiva y esperemos que para la próxima sea aún mejor, manifestó la recordista nacional, con 2:00.20, quien terminó en decimonoveno lugar.
Aunque puede sonar poco destacado, ese puesto deviene actuación en pista más relevante de una mujer en la historia del atletismo olímpico uruguayo.
Cuentan los libros que solo Estrella Puente rubricó un desempeño superior, cuando en Helsinki 1952 terminó en el décimo puesto en el lanzamiento de la jabalina (prueba de campo).
Y desde un plano más individual, Rodríguez, bronce en los Juegos Panamericanos de Lima 2019, mejoró sus dos presentaciones anteriores, ya que no cruzó de ronda en los 400 metros con vallas de Londres 2012 y en la propia doble vuelta al óvalo en Río de Janeiro 2016.
Además, la atleta celebró otra realidad: Todos los que estamos en Tokio 2020 debemos ser agradecidos. Vivimos una situación complicada por la pandemia (de la Covid-19) y muchos dudaron que se diera esta posibilidad.
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