Los senadores esperan celebrar una sesión este mediodía, luego de que el líder de la mayoría de la Cámara alta, Charles Schumer, anunciara anoche que el borrador final no estaría listo hasta el domingo.
Además, se comprometió a votar sobre la legislación antes de que el Senado se vaya a unas vacaciones de verano dentro de un semana y también planea celebrar una votación sobre una resolución presupuestaria.
El receso estaba programado para comenzar el 9 de agosto, pero posiblemente el Senado pierda la primera semana de sus vacaciones de verano.
Según reporta The Hill, medio especializado en temas del Congreso, el grupo bipartidista esperaba presentar la legislación la víspera y el Senado se reunió con ese fin, pero permaneció en espera durante más de 10 horas mientras continuaban las negociaciones entre bastidores.
Este debe ser el último retraso para la legislación, con negociadores que se reúnen las 24 horas del día para tratar de finalizar su acuerdo, indica ese diario en su sitio digital.
Días atrás, el pasado miércoles, se informó de un acuerdo sobre los ‘temas principales’ del texto legislativo y los demócratas del Senado, con el apoyo de 17 republicanos, lograron superar obstáculos iniciales.
Incluso después de ese anuncio, las conversaciones continuaron sobre una serie de puntos finales y todavía varias partes del texto continuaban redactándose el sábado.
De acuerdo con medios locales, se espera que el proyecto de ley sea enorme, con borradores de aproximadamente dos mil 500 páginas.
El ambicioso plan, que cuenta con respaldo de demócratas y republicanos, aumentará drásticamente el gasto del país destinado a carreteras, puentes, tránsito y aeropuertos.
La ley incluye unos 550 mil millones de dólares en nuevos gastos, además de 450 mil millones de dólares ya aprobados.
Asimismo, contempla sumas para eliminar las tuberías de agua hechas de plomo y construir estaciones de carga para vehículos eléctricos.
El proyecto de ley no incluye la financiación de la mayoría de las iniciativas sociales y sobre el cambio climático que los demócratas pretenden aprobar en un proyecto separado, de 3,5 billones de dólares, sin el apoyo de los republicanos.
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