Recientes acciones vandálicas impidieron el acceso a ese líquido vital para numerosas familias, lo cual aumenta la probabilidad de propagación de enfermedades transmitidas por el agua, incrementa los problemas de salud e higiene y el riesgo de epidemias, alertó la Unicef.
Cuando se corta el servicio de agua, los niños suelen verse obligados a depender de fuentes inseguras, lamentó la representante especial adjunta de la organización en Libia, Cristina Brugiolo, citada por el sitio oficial de noticias de la ONU.
El pasado jueves, los responsables de una de las principales estaciones de un río artificial en ese territorio informaron que la ruta oriental del sistema de Hassawna fue objeto de vandalismo y esto afectó el suministro de agua en cuatro ciudades importantes, entre ellas Misrata.
Actualmente, ese río es el mayor proveedor de agua de la nación africana y proporciona el 60 por ciento del líquido potable que se utiliza en el país.
Los repetidos ataques a sus principales sistemas amenazan la seguridad hídrica y ponen a millones de vidas en riesgo inmediato de perder el acceso a ese recurso indispensable para la vida.
Desde 2011, el caos y las confrontaciones predominan en Libia, donde una intervención militar de la OTAN propició el derrocamiento y asesinato de Muamar Gadafi.
Hasta la fecha, en esa nación petrolera del norte de África siguen las pugnas por el poder y el accionar de milicias y agrupaciones terroristas, en tanto aumenta la criminalidad y el tráfico de personas y de armas.
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