Un nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) precisa que también los obstáculos burocráticos y la falta de financiación frenan la ayuda alimentaria y que los agricultores siembren a escala y en el momento adecuado.
Dicha situación, apunta el texto, es preocupante ya que se prevé que los conflictos, las repercusiones económicas de la Covid-19 y la crisis climática eleven los niveles de inseguridad alimentaria aguda en 23 lugares críticos durante los próximos cuatro meses.
Ellos son: Afganistán, Guatemala, Honduras y Nicaragua, Angola, Chad, Colombia, Etiopía, Haití, Kenia, Líbano, Madagascar, Mozambique, Myanmar, Nigeria, República Centroafricana, República de Corea, República Democrática del Congo, Sierra Leona, Liberia, la zona central del Sahel (Burkina Faso, Malí y Níger), Siria, Somalia, Sudán, Sudán del Sur y Yemen.
En 2020 unos 155 millones de personas en 55 países padecieron una crisis con una inseguridad alimentaria aguda o situaciones peores, según el Informe mundial sobre las crisis alimentarias, un aumento de más de 20 millones desde 2019, y se espera que este año la tendencia sea empeorar.
Tanto la FAO como el PMA consideran que 41 millones de personas corren el riesgo de padecer hambruna, a menos que reciban de inmediato asistencia alimentaria y protección relacionada con los medios de vida.
‘Además de prestar asistencia alimentaria, debemos hacer todo lo posible para ayudar a reanudar la producción de alimentos, a fin de que las familias y las comunidades puedan volver a ser autosuficientes y no solo dependan de la ayuda para sobrevivir’, señaló el director general de la FAO, QU Dongyu.
Enfatizó que eso resulta difícil sin una financiación adecuada, y hasta la fecha, por desgracia, el apoyo a la agricultura como medio principal para prevenir la hambruna generalizada ha sido en gran parte ignorado por los donantes.
‘Sin ese apoyo a la agricultura, las necesidades humanitarias seguirán aumentando de forma galopante, es inevitable’, añadió.
Etiopía y Madagascar son los nuevos lugares críticos con respecto al hambre de alerta máxima en el mundo, países a los que se suman Sudán del Sur, Yemen y el norte de Nigeria, según el informe.
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