La organización agrícola de mayor membresía en el país y Europa, con más de dos millones de afiliados, señaló que ‘los violentos incendios que están devastando la península desde Sicilia a Cerdeña, de Apulia a Abruzo, de Toscana a Calabria y hasta Basilicata, son 203 por ciento superior respecto a la media histórica 2008-2020.
El análisis de la confederación desde su sitio coldiretti.it está sustentado en datos del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (Effis), situación que catalogó de ‘una verdadera emergencia nacional’ para la seguridad de las poblaciones y la economía, cuando los esfuerzos están concentrados contra la Covid-19 y en la recuperación económica.
Aunque sin mencionar cifras Coldiretti informó sobre ‘decenas de miles de hectáreas de bosques y matorrales mediterráneos incinerados por las llamas, animales muertos, árboles carbonizados, olivares y pastos destruidos y llamas que llegan a lamer las ciudades’.
Apuntó que esta es una situación angustiosa que Italia está obligada a afrontar porque, si seis de cada 10 incendios son de origen malintencionado, la mayoría de los bosques nacionales carecen de agricultores que puedan gestionarlos.
Recordó en tal sentido que en este país más de un tercio de la superficie, unas 11,4 millones de hectáreas, está cubierta por bosques, casi uno de cada tres, para el 32 por ciento, perteneciente a áreas protegidas.
Un patrimonio naturalista cuyo valor es reconocido internacionalmente, reseñó Coldiretti en su comentario y mencionó entre estos los parques nacionales de Aspromonte, Gargano y Pollino, insertados entre los protegidos por la Unesco como patrimonio de la humanidad.
Instó a proteger ese recurso como la valiosa joya que es, en tanto señaló que se necesitarán al menos 15 años para revivir todo el ecosistema forestal y las actividades humanas tradicionales arrasadas por las llamas, entre estas la recolección de leña, de trufas, frutos pequeños y setas e incluso para el desarrollo del ecoturismo.
La confederación agrícola precisó que defender el bosque italiano precisa crear condiciones contra el desalojo del campo y potenciar las funciones de vigilancia, mantenimiento y gestión del territorio que llevan a cabo los empresarios agrícolas.
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