El exdiputado de Delmas, y conocido aliado del exgobernante, aseguró que el ‘acto odioso’ tiene como objetivo intimidar al magistrado Mathieu Chanlatte, nombrado la semana pasada como juez de instrucción en el archivo de Moïse.
Bodeau también criticó a los medios de prensa, por supuestamente orquestar una campaña de desprestigio contra Chanlatte.
El cadáver de Fortune fue encontrado sin documentación, en una sala del Hospital General de Puerto Príncipe, la mayor institución pública del país.
Reportes de prensa aseguraron que el empleado judicial se dirigía a su residencia en Carrefour, comuna situada en la entrada sur de la capital, aunque las circunstancias del fallecimiento aún no están claras.
La Asociación Nacional de Registradores Haitianos reclamó a la Fiscalía abrir una investigación sobre el ‘asesinato’, y reveló que antes de morir Lafortune sostuvo una ‘animada discusión’ con el juez Chanlatte.
El magistrado tuvo a su cargo importantes casos como las tarjetas Dermalog, archivo que vinculaba a la ex primera dama Martine Moïse con una empresa alemana para reemplazar las cartas nacionales de identificación.
También investigó la pugna legal entre el Estado y la compañía privada dedicada a la electricidad Sogener, aunque, de acuerdo con la prensa local, estos casos no se solucionaron.
Por la indagación del magnicidio, dos secretarios judiciales e igual número de jueces de paz buscaron refugio, tras recibir amenazas de muerte e intimidación.
Un mes después del asesinato del mandatario, la Policía mantiene prisioneros a 44 hombres, entre ellos, 18 colombianos acusados de asesinar al mandatario, así como a un presunto autor intelectual, el médico Enmanuel Sanon, y a una veintena de agentes.
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