Durante la intervención mediante videoconferencia, el mandatario señaló los esfuerzos de su administración por organizar los comicios con fines de renovar al personal político, para lo cual el Gobierno ya depositó unos 20 millones de dólares como parte del fondo común.
También, criticó el ‘temor a las elecciones’ de los opositores políticos, la mayoría de los cuales no alcanzó ‘el uno por ciento de los votos’ en justas anteriores, aseguró el estadista. ‘La elección es una de las reglas fundamentales de la democracia. Un elegido debe ser reemplazado por otro elegido’, manifestó.
El gobernante, que en las últimas semanas enfrenta una fuerte presión de sectores opositores y de gran parte de la sociedad civil para que abandone el poder, subrayó que la transición propuesta por las fuerzas contestatarias es beneficiosa para una oligarquía ‘que le gusta nadar en aguas turbulentas’.
De igual manera, señaló que la organización de elecciones a todos los niveles con miras a garantizar la alternancia democrática será la oportunidad de avanzar de manera decisiva en el proceso de democratización en Haití.
Moïse reiteró la necesidad de modificar la carta magna, que considera una fuente de inestabilidad política en el país, y cuyo cambio –recalcó- recibió la aprobación del 86 por ciento de la población.
Ante los miembros del Consejo de Seguridad, el jefe de Estado además denunció que su administración tuvo que hacer frente a siete intentos de ataques contra el orden constitucional, orquestado por ‘bandas de la oposición’ desde que asumió el cargo en 2017.
Asimismo, se comprometió a restablecer el clima de paz para los próximos procesos de consulta popular y reconoció el crecimiento y la profesionalización de la Policía, con la ayuda de Naciones Unidas.
Por último, Moïse reconoció que la Constitución prohíbe la destitución de los jueces del Tribunal de Casación, la mayor instancia judicial del país, aunque señaló que la misma carta magna establece que los magistrados no pueden participar en asuntos políticos.
Desde inicios de este mes, se acentúa la crisis sociopolítica en Haití con la oposición, organizaciones sociales, el poder judicial, federaciones de abogados, entre otros, que estiman que el mandato constitucional de Moïse culminó, y nombraron a un presidente provisional.
Por su parte, el gobernante insistió este lunes en que el periodo presidencial ‘que me otorgó el pueblo haitiano’ es de cinco años, y continúa con las reformas estructurales esenciales para ‘consolidar los logros democráticos y preservar el estado de derecho’.
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