Frente a las críticas generadas por esa posición ante el anuncio del FMI de dispondrá recursos por 620 mil millones de dólares entre los países miembros para paliar la crisis económica por la pandemia de Covid-19, el mandatario insistió en que su destino no sea manejado por terceros.
Reveló que al país le corresponden de ese total dos mil millones de dólares, los cuales sugirió al Banco de México dedicarlos a pagar deudas, pero la entidad no está de acuerdo.
Ironizó sobre la actitud del FMI que de buenas a primeras se ha convertido en un ente democrático mientras que los especialistas del Banco de México, el ente emisor, les hacen el juego y dicen que no se puede pagar deuda con esos recursos, pero vamos a insistir con ese planteamiento.
Explicó que México va a recibir un porcentaje mínimo de esos recursos, pero habrá que pagar por ellos intereses, entonces por qué seguirlo encareciendo con otros destinos si se pueden usar directamente para bajar el perfil del débito, se preguntó.
López Obrador les dijo a los funcionarios del ente emisor mexicano que desde su llegada a la presidencia de la República, las reservas internacionales del país se incrementaron en 20 mil millones de dólares y la deuda no ha crecido en términos reales.
Anunció que seis mil millones más se van a colocar en el mercado financiero buscando los beneficios correspondientes en favor del pueblo mexicano.
Criticó a los economistas del banco central que están formados en escuelas donde les enseñan a proteger a grupos de intereses, en este caso financieros, y no les enseñan a proteger al pueblo.
Ni siquiera saben, finalizó, el daño que causa la corrupción, ni la importancia de la economía moral, o que debe haber progreso, pero con justicia.
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