Mientras varios medios dedican crónicas y artículos a recordar ese día, en las redes sociales varias figuras y ciudadanos del común evocan el suceso y llaman a seguir el ejemplo de estas dos grandes personalidades de la historia argentina.
Hace siete décadas, el 22 de agosto de 1951, se realizó una manifestación en plena avenida 9 de julio, la más ancha del mundo, con casi dos millones de militantes que salieron a defender la fórmula de la Patria, como se había bautizado a la dupla encabezada por Perón y Evita, quien días después comunicó su renuncia a la candidatura.
Al ahondar en la historia, en declaraciones a la agencia de noticias Télam el ensayista e investigador Norberto Galasso señaló que ‘no querían que Evita fuera vicepresidenta porque tenía mucho ímpetu y era el mayor vínculo del frente peronista (seguidores de Perón) con la clase trabajadora’.
En Twitter muchos recuerdan con imágenes esa fecha que quedó para siempre marcada en el calendario de los seguidores del peronismo, cuando en un emocionante discurso, el pueblo le pidió a Evita ser vicepresidenta. Nueve días más tarde, anunció en radio su irrevocable renuncia. Ya para entonces la salud de quien fuera nombrada de manera póstuma Jefa Espiritual de la Nación, comenzaba a debilitarse por el cáncer.
Algunos historiadores coinciden en el límite que imponía la época para que una mujer asumiera como vicepresidenta. Otros, en la resistencia de los militares a que Evita asumiera ese cargo. Lo cierto es que decidió renunciar a su postulación, por radio, el 31 de agosto.
‘Hoy digo que prefiero ser Evita, porque siendo Evita sé que siempre me llevarán muy dentro de su corazón’, fue una de las tantas frases que dejó en aquella fecha la abanderada de los humildes.
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