Como sus antepasados, los modernos egipcios ahora también miran al astro rey, pero en lugar de venerarlo planean utilizar su energía para impulsar una revolución verde.
Con más de 102 millones de habitantes, y escasos recursos hídricos, pues ni siquiera el extenso Nilo es capaz de satisfacer la demanda nacional, la tierra de los faraones trabaja para impulsar un sector clave en su desarrollo socio-económico.
Hace una década este país sufrió la peor crisis energética de su historia moderna, una situación que Abdel Fattah El Sisi comenzó a revertir tras su llegada a la presidencia en 2014.
Los logros son evidentes. En la actualidad Egipto estudia vender sus excedentes de producción a países vecinos, en especial a Iraq, que tiene un déficit en la materia.
Según Solar PowerEurope, el 39 por ciento de la potencia instalada en 2020 en el planeta tuvo al Sol como protagonista.
PLANES EN LA MIRA
A tono con los avances internacionales en este campo, esta nación desarrolla un ambicioso programa para elevar el suministro de electricidad generada a partir de fuentes renovables hasta un 20 por ciento el próximo año y alrededor de un 42 por ciento en 2035.
Para esa última fecha, la energía eólica representará un 14 por ciento, la hidroeléctrica más de un dos por ciento y la solar un 25 por ciento.
Precisamente, un reciente estudio de la firma especializada Rystad Energy señaló que Egipto “ha sido una de las naciones africanas en instalar más rápido la energía solar y eólica desde 2017”.
Con una enorme cartera de desarrollo de 9,2 gigavatios, este país se encamina a superar a Sudáfrica en 2025 y convertirse en la potencia verde del continente, precisó.
El presidente de la Autoridad de Energías Renovables Mohamed al Khayat aseguró que en la actualidad el país produce unos seis mil megavatios (MW) de energía limpia al año, cerca del 18 por ciento del total.
Datos oficiales indican que la radiación solar vertical directa promedio aquí oscila entre los dos mil y los tres mil 200 kilovatios por metro cúbico cada 12 meses, una situación que el gobierno espera aprovechar.
Ejemplos de tales proyectos son los parques solares Gabal Al Zait y Banban, este último considerado entre los mayores del mundo con una capacidad de mil 465 MW.
En abril de este año se firmó un préstamo por valor de 114 millones de dólares para financiar la mayor planta fotovoltaica privada de este país, cerca de la sureña ciudad de KomOmbo, que generará 200 MW.
Según la ministra de Planificación y Desarrollo Económico, Hala El Said, se completaron 416 proyectos en el sector de la electricidad y las energías renovables.
Hemos adoptado una estrategia nacional para la transición a una economía verde, resaltó.
La funcionaria recordó que Egipto estuvo a la vanguardia de los países de la región que emitieron bonos verdes en los mercados internacionales.
Como parte de la estrategia, el viceministro de Electricidad y Energías Renovables Osama Asran anunció la designación de varias zonas, con un total de seis mil 650 kilómetros cuadrados, para implementar diversos proyectos vinculados a la energía eólica y solar.
La esperanza de Egipto para el futuro depende de usar la energía renovable en todas sus formas, así como de mejorar la eficiencia energética y reducir el consumo de combustible fósiles, apuntó.
DIVERSIDAD DE FUENTES
Junto al astro rey, el viento es otra de las claves para el desarrollo nacional. Al Khayat adelantó que el prometedor Complejo del Golfo de Suez, que agrupa a varios parques eólicos ubicados en la gobernación del Mar Rojo, entrará en servicio en 2023 y producirá unos dos mil 500 MW.
La entrada de empresarios árabes y de otras latitudes en el mercado local llevó a una disminución en el coste de producción de energías renovables, lo cual, a su vez, mejoró las oportunidades de inversión.
Precisamente, Egipto subió al puesto 20 en el índice de países atractivos en materia de energías renovables en 2021.
No obstante, las autoridades estudian otras fuentes alternativas, como el hidrógeno verde, para lo cual El Cairo podría invertir hasta cuatro mil millones de dólares.
En enero, el Ministerio de Electricidad firmó un acuerdo con la compañía alemana Siemens para iniciar estudios con el objetivo de establecer un proyecto piloto para producir hidrógeno verde y dos meses después rubricó un convenio similar con el grupo belga DEME.
En julio hicieron otro tanto la firma italiana Eni y las empresas públicas Egyptian Electricity Holding Company y Egyptian Natural Gas Holding Company.
Ante los múltiples desafíos que enfrenta debido al cambio climático, la superpoblación y la escasez de agua potable, el país avanza a pasos acelerados en búsqueda de soluciones.
Con el respaldo del sol y el viento, Egipto comenzó su transición verde con varios megaproyectos que recuerdan las grandes obras de sus antepasados, como las pirámides y los monumentales santuarios distribuidos por todo el territorio nacional.
rmh/acl/rob
*Este trabajo contó con la colaboración de PLTV, el departamento de Fotografía, el editor Roberto Molina, Alberto Corona, jefe de Redacción de Economía, y la webmaster Wendy Ugarte.