El subsecretario general de la ONU para Medio Oriente, Asia y el Pacífico, Khaled Khiari, ofrecerá un reporte sobre el tema, al igual que el coordinador de ayuda de emergencia del organismo multilateral, Martin Griffiths.
También habrá una intervención de la directora ejecutiva del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Henrietta Fore, de acuerdo con el cronograma previsto.
Otros altos funcionarios de Naciones Unidas inmersos en las negociaciones en Yemen informarán durante las consultas a puertas cerradas en el Consejo.
Las conversaciones de alto el fuego entre el gobierno de ese país y el grupo rebelde hutí siguen estancadas, según los más recientes reportes de la ONU.
Muchas de las negociaciones giran en torno a un plan de cuatro puntos para un alto el fuego a nivel nacional, la apertura del aeropuerto de Saná, el levantamiento de las restricciones a los puertos de Hodeida y la reanudación de un proceso político.
Como señaló Griffiths en una sesión informativa anterior del Consejo de Seguridad, los hutíes insisten en un acuerdo independiente para abrir el aeropuerto de Saná y los puertos de Hodeida, antes de acordar discutir un alto el fuego.
Pero el gobierno de Yemen quiere que esos temas sean acordados e implementados como parte de un paquete completo.
En medio de ese estancamiento de las negociaciones, Unicef alertó que la escalada de los combates en Yemen afectan con gran fuerza a los niños, que constituyen 1,71 millones de los más de tres millones de personas desplazadas internamente por el conflicto.
Además, subrayó esa entidad, cerca de 400 mil niños padecen desnutrición aguda severa y corren el riesgo de morir por falta de alimentos, en tanto 2,25 millones padecen desnutrición aguda.
Más de dos millones de menores no van a la escuela y cientos de escuelas han sido atacadas o utilizadas con fines militares, mientras los niños son reclutados por grupos armados, de acuerdo con Unicef.
Yemen padece una de las más largas crisis humanitarias del mundo debido, en gran medida, al conflicto que enfrenta a tropas gubernamentales con rebeldes hutíes. La crisis escaló en 2015 con el comienzo de bombardeos de una coalición anti insurgente liderada por Arabia Saudita.
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