Amatrice, localidad devastada parcialmente por el sismo, fue sede de la conmemoración presidida por el primer ministro, Mario Draghi, quien depositó una ofrenda floral al pié del monumento erigido en homenaje a los caídos y participó en una misa celebrada por el obispo de diócesis de Rieti, Doménico Pompili.
El centro urbano de origen medieval y más de dos mil habitantes, ubicado a unos 140 kilómetros al noreste de esta capital, fue el más castigado por fenómeno telúrico con 237 muertes.
A las 03.36, hora local, del 24 de agosto de 2016 comenzó en el eje Amatrice-Visso-Norcia una de las secuencias sísmicas más importantes de este siglo en Italia, señaló el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV).
El terremoto provocó cuantiosos daños materiales y pérdidas irreparables al patrimonio artístico, arquitectónico y cultural en general, en un área de unos ocho mil kilómetros cuadrados y 140 municipios con una población de alrededor de 600 mil personas, indicó el INGV al rememorar el acontecimiento.
Todo el territorio italiano está expuesto a diferentes grados de peligrosidad sísmica, término mediante el cual se denomina la probable ocurrencia de eventos de esta naturaleza en un espacio geográfico, durante un período de tiempo determinado.
El riesgo se refiere a los daños probables por el impacto de un sismo debido a la aceleración circunstancial del suelo y otros aspectos en los cuales interviene la actividad humana como la calidad de las construcciones o la concentración de personas en un área específica.
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