También señaló que la mayoría del personal de Naciones Unidas, especialmente el humanitario, quiere quedarse en el país para responder a las dramáticas necesidades allí.
Guterres dijo que comparte su preocupación, ansiedad y dolor y enfatizó que la seguridad de todo el equipo allí es máxima prioridad.
Actualmente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) distribuye materiales que salvan vidas en instalaciones de salud en Kabul, Kandahar y Kunduz.
Sin embargo, precisó esa entidad, solo tienen suficientes suministros en la nación para una semana y ya la víspera, el 70 por ciento de esos productos se entregaron en centros asistenciales.
Mientras tanto, informaron, más de 500 toneladas métricas de medicamentos y suministros permanecen en sus almacenes en Dubai y estaban listos para ser entregados a Afganistán esta semana, pero el aeropuerto de Kabul permanece cerrado a vuelos comerciales.
Debido a las limitaciones operativas y de seguridad, los países que envían aviones vacíos para recoger a los evacuados no sienten que puedan ayudar en este momento, indicó la OMS.
El Programa Mundial de Alimentos indicó que se realizaron operaciones en todas sus oficinas de campo, pero alertó sobre el agotamiento de reservas de suministros como la harina de trigo y la necesidad de contar con fondos inmediatos para ayudar a millones de afganos.
También el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo ha distribuido alimentos como maíz, tomate, pepino, calabaza y quimbombó, y fertilizante para agricultores.
Por su parte, la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, dijo que en las últimas semanas su oficina recibió informes desgarradores y creíbles sobre el impacto en la población civil de las violaciones de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario.
Muchos de estos reportes sobre violaciones graves tienen lugar en áreas bajo el control efectivo de los talibanes y las personas temen, además, represalias contra quienes trabajaron con el Gobierno o equipos internacionales.
Casi 20 años después de ceder el poder tras una invasión dirigida por Estados Unidos en una supuesta cruzada antiterrorista, los talibanes retomaron el control de Afganistán y los analistas consideran que esa ofensiva representa la derrota militar norteamericana.
La nación euroasiática se encuentra ahora más empobrecida debido al conflicto y según datos de la ONU, este año casi 360 mil afganos fueron desplazados y desde el inicio de la guerra, suman varios millones los refugiados y más de 150 mil civiles muertos.
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