El Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) reflejó hasta junio pasado un incremento de 4,85 por ciento con relación a igual período de 2020, a pesar de una recaída en el primer trimestre de 2021 por el cierre de actividades como parte de la cuarentena obligatoria durante la tercera ola de la pandemia de Covid-19, que se inició a finales del pasado año.
Aunque no es perceptible a nivel general entre las familias, la reanimación de las cifras macroeconómicas se apoyó en la exportación de concentrado de cobre, con la entrada en funcionamiento de la mayor mina de Centroamérica y el Caribe, y los efectos positivos del tránsito interoceánico de naves y su cadena logística asociada.
La Zona Libre de Colón también aportó a las primeras reacciones de reanimación, después de una prolongada crisis de más de una década, y a ello se sumaron el comercio mayorista y minorista local.
Además, la fuente significó otras categorías que mostraron un buen desempeño, aunque sin alta incidencia en las estadísticas, como fueron salud privada, administración pública, transporte, comunicaciones, pesca, electricidad, agua y servicios comunitarios, sociales y personales, entre otras.
Por el contrario, algunos sectores presentaron tasas negativas como hoteles y restaurantes, construcción, industria manufacturera, intermediación financiera, rama agropecuaria y actividades inmobiliarias empresariales y de alquiler.
Pero al analizar el Producto Interno Bruto Trimestral (PIBT), la institución señaló una aparente contradicción porque de enero a marzo del actual año registró un descenso de 8,5 por ciento en comparación con igual etapa de 2020, cuando el índice comenzó la pronunciada caída a consecuencia del inicio de la pandemia.
El INEC advirtió en su informe que IMAE y PIBT son indicadores que permiten aproximar la senda del crecimiento económico del país, aunque el primero mide producción y el otro valor agregado, de ahí que pueden no coincidir como es el caso, donde el PIBT registró 910,3 millones de dólares de ingresos menos.
Tras la caída de 17,9 del PIB el año pasado, organismos internacionales y calificadoras de riesgo vaticinaron que Panamá crecerá entre ocho y 12 por ciento en 2021, mientras que analistas locales pronostican solo el cinco, porque no se hicieron inversiones públicas y privadas necesarias para levantar con fuerza la economía.
Desde el 2013, la economía panameña sufría una desaceleración paulatina tras una expansión del 10,6 de crecimiento en el año anterior y el 2019 creció solo tres por ciento, la más baja desde 2009 (2,4 por ciento).
mem/orm