El martes último la ministra de Agricultura, María Emilia Undurraga, anunció que la aplicación de esa medida era inminente, y este jueves explicó que el déficit de precipitaciones, la poca acumulación de nieve y menor acceso al agua, hacen imprescindible esa determinación.
Las regiones con emergencia agrícola, ubicadas en el norte, centro y sur del país, se suman a la de Los Lagos, donde esa medida se decretó en abril, y en total suman en esa condición 146 de los 346 municipios de Chile.
Las autoridades informaron además que se estudia ampliar esa condición a otras regiones como Atacama, en el extremo norte, que en julio último tenía un déficit de precipitaciones del 62 por ciento del promedio histórico.
Undurraga anunció que se implementará un fondo de emergencia por ocho mil millones de pesos chilenos (unos 11 millones de dólares) a los que se sumarán recursos de los gobiernos regionales.
Indicó que ese monto permitirá ir entregando ayudas a los pequeños y medianos agricultores, que son los más afectados por la sequía.
Por su parte, Carlos Recondo, director nacional del Instituto de Desarrollo Agropecuario, reveló que la situación más lamentable la enfrenta la ganadería, pues por falta de lluvias no hay disponibilidad de alimentos y se corre el riesgo de que comience a morir el ganado.
Añadió que también está afectada seriamente la apicultura, una actividad que además de la producción de miel garantiza el proceso de polinización para la fruticultura, uno de los sectores de exportación más importantes.
Las afectaciones en la producción agrícola se aprecian igualmente en los mercados por el aumento de precios de varios productos debido a una menor oferta, por la merma de los cultivos.
Este país padece desde hace 13 años una persistente crisis hídrica por una persistente falta de precipitaciones como efecto del cambio climático, que ha causado también la disminución de los glaciares y elevación de las temperaturas.
A ello se suma el uso desproporcionado del agua disponible, que está en manos privadas y es destinada, según numerosos estudios, en más del 90 por ciento a la minería y las grandes empresas agrícolas enfocadas en la exportación.
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