Los últimos sondeos indican que la satisfacción de los estadounidenses con el 46 presidente oscila entre el 41 y el 50 por ciento, mientras la desaprobación neta fluctúa de 46 a 55 por ciento.
El asentimiento promedio arroja una caída desde un máximo del 55,1 por ciento a finales de marzo último hasta una aprobación-desaprobación casi igualada en la actualidad.
Lo que en este momento unifica criterios en contra de Biden es el tema de Afganistán, en el cual aparecen críticas que abarcan todos los espectros políticos.
El desplome del apoyo supone un problema para los demócratas en las elecciones de mitad de mandato, aunque algunos insisten en que todavía están lejos los comicios del próximo año y confían en que los votantes miren más lo doméstico que hacia la política exterior cuando emitir su sufragio.
En el más reciente sondeo de YouGov los encuestados sitúan la sanidad, la economía y el medio ambiente en primer lugar.
No obstante, observadores advirtieron que la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes parece cada vez más efímera y es probable que la fuerza azul pierda escaños.
Dado que las elecciones de mitad de mandato son generalmente un referéndum sobre el presidente –dicen-, cualquier caída en su aprobación y en la confianza de la opinión pública suele ser un asunto grave.
El diario The Hill recordó que la experiencia de los también presidentes demócratas William Clinton (1993-2001) y Barack Obama (2009-2017) es ahora inquietante para los demócratas.
Tanto uno como otro obtuvieron buenos índices de aprobación después de 100 días en el cargo, sin embargo, ambos vieron cómo se precipitaron por debajo del 40 por ciento el día de las elecciones de mitad de mandato.
Del mismo modo, Biden registró loables datos en los primeros 100 días en la Casa Blanca, pero sus números se están hundiendo, más de 10 puntos desde su nivel máximo. Clinton y Obama asistieron al colapso de sus mayorías en la Cámara Baja, cuando perdieron 54 y 63 escaños, respectivamente.
Pero más allá de las cifras, Biden no está manejando bien la primera crisis real de su administración (Afganistán), comentó la publicación.
El ocupante del despacho Oval tuvo unos primeros siete meses bastante tranquilos, y sus altas aprobaciones parecen estar ligadas no solo a la típica luna de miel de cualquier nueva presidencia, sino al alivio que significó el haber pasado la caótica administración de Donald Trump (2017-2021), añadió.
Sin embargo, en este momento el equipo Biden no sólo parece perdido y desconcertado y si continúa esa trayectoria, los demócratas podrían recibir malas noticias en 2022, anticipan expertos.
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