El grupo formado por ocho mujeres vestidas de negro utilizó martillos y cinceles para quebrar al menos dos ventanales de la fachada del edificio ubicado en el centro de Londres.
Tras la acción, que incluyó el uso de pegatinas con la inscripción ‘En caso de emergencia climática, rompa el vidrio’, las activistas se sentaron en medio de la calle a esperar por la Policía.
El movimiento ecologista británico explicó en un comunicado que la protesta busca llamar la atención sobre la contribución que hacen los bancos al calentamiento global al financiar e invertir en compañías que explotan combustibles fósiles como el carbón, petróleo y gas.
La economía política es la causa principal de la crisis ecológica y climática, y en el caso de bancos como el Barclays y el HSBC, su huella de carbono junta es casi el doble de la de todo el Reino Unido, aseguró Extinction Rebellion, que la semana pasada embadurnó con pintura roja la sede del Standard Chartered Bank en el distrito financiero de la City de Londres.
Además de romper los cristales del JP Morgan, los manifestantes ambientalistas marcharon este miércoles por el centro de la capital británica en la segunda semana de desobediencia civil no violenta, que incluye el bloqueo del tráfico vehicular, conversatorios y actividades culturales.
Más de 360 activistas han sido arrestados por la Policía Metropolitana desde el inicio de la llamada Rebelión Imposible el 23 de agosto pasado.
Fundado en 2018, Extinction Rebellion exige al gobierno que declare una emergencia climática, tome medidas para reducir a cero para 2025 – y no para 2050 como se comprometieron las autoridades británicas- las emisiones de gases de carbono causantes del llamado efecto invernadero, y que se permita la creación de asambleas ciudadanas para trazar las políticas sobre el tema.
Las nuevas protestas callejeras tienen como telón de fondo el reciente informe del Panel Intergubernamental de Naciones Unidas que vinculó de forma inequívoca a la actividad humana con la crisis climática y atribuyó el calentamiento global al uso indiscriminado de los combustibles fósiles.
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