Uno de los siniestros más famosos por su intensidad y porque ya consumió más de 209 mil acres (846 kilómetros cuadrado), el Caldor, es enfrentado por miles de especialistas, 25 helicópteros y un arsenal de más de 400 camiones de bomberos y 70 de agua. Sin embargo, el fuego seguía avanzando, según autoridades.
Estas fuerzas lanzaron productos químicos retardantes a través de un cielo lleno de ceniza y arrasaron árboles y matorrales para frenar la marcha de las llamas a través del terreno escarpado y accidentado de Sierra Nevada. Sin embargo, el fuego prosigue su marcha.
Caldor, como se denomina, amenaza con destruir uno de los centros turísticos más emblemáticos y famosos de Estados Unidos, el lago Tahoe, donde las llamas avanzan hacia decenas de miles de hogares y hoteles existentes en el área.
Un informe del diario The New York Times señaló que las calles llenas de humo de South Lake Tahoe, la ciudad más poblada del lago, estaban desiertas, salvo por las patrullas de la policía y un convoy ocasional de vehículos de bomberos. Miles de residentes y turistas fueron evacuados.
Mientras las llamas consumen todo a su paso, el índice de calidad del aire se acercaba a 500, un nivel considerado peligroso, y las autoridades advierten que el futuro es sombrío cuando se predicen megaincendios en el Oeste del país.
Las fuentes dijeron que unos 27 mil bomberos luchan contra las llamas en todo el país, unos 15 mil de ellos en California.
Según expertos los incendios en los bosques ponen de manifiesto el efectos dominó del cambio climático en los desafíos de la lucha contra el fuego: Las frecuentes olas de calor y el aumento general de las temperaturas secan la flora de la costa oeste, haciéndola más vulnerable a los grandes incendios.
Mientras el humo se esparce por grandes zonas del oeste estadounidense, un informe de la ONU publicado este jueves señaló que un tercio de los países de todo el mundo carece de normas sobre el aire limpio en los espacios exteriores.
El análisis realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) examinó las leyes vigentes en 194 países y la Unión Europea y descubrió que solo el 66 por ciento de las naciones tienen algún tipo de mandato.
Para Inger Andersen, directora ejecutiva del Pnuma, el aire que respiramos ‘es un bien público fundamental, y los gobiernos deben hacer más para garantizar que sea limpio y seguro’.
Llamó a hacer algo para evitar la muerte prematura de siete millones de personas cada año causada por la contaminación atmosférica, algo que puede aumentar en más del 50 por ciento para el año 2050, según pronósticos.
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