La delegación compuesta por representantes de Asuntos Humanitarios, Programa de Desarrollo, Fondo para la Infancia, Migraciones, Fondo de Población y las organizaciones Mundial y Panamericana de la Salud, ya visitó el departamento de Grand Anse, donde se reunieron con víctimas y funcionarios locales.
El programa los llevará también a los departamentos Sur y Nippes, especialmente las comunas de Corail, Chantal, Miragoâne, Anse-à-Veau.
El terremoto del 14 de agosto dejó un saldo de dos mil 207 fallecidos y 12 mil 268 heridos, y la tormenta tropical Grace que azotó la misma zona dos días después causó otros dos fallecidos.
La ONU y sus socios humanitarios lanzaron un llamamiento urgente por más de 187 millones de dólares para ayudar a salvar vidas en la respuesta humanitaria de emergencia. El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia estima que más de medio millón de niños se encuentran amenazados tras el terremoto, que destruyó o dañó unas 137 mil viviendas en los departamentos Sur, Nippes y Grand Anse, obligando a miles personas a huir de sus hogares.
El terremoto ocurre en un momento crítico del país, que aún se recupera del magnicidio contra el presiente Jovenel Moïse, unido a la escalada de violencia en particular en su capital que desplazó a 19 mil personas y afectó a 1,5 millones, reconoció el organismo mundial.
La situación se suma a las crisis preexistentes con casi el 40 por ciento de la población bajo inseguridad alimentaria, de ellos el 25 por ciento en fase de emergencia, además de la tensa situación política y la recesión económica.
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