Esa institución señaló al respecto que las cifras oficiales de migración no reflejan certeramente la situación real, pues ‘esconden el sustantivo aumento del ingreso de personas por pasos no habilitados’, un fenómeno constante desde el 2010.
En esa fecha se reportó la llegada irregular de 415 personas, lo que aumentó a mil 779 en 2015; fueron ocho mil 48 en 2019 y al año siguiente se superó ampliamente con 16 mil 848, hasta llegar al récord de 23 mil 673 entre enero y julio de 2021, indicó el SJM.
Asimismo detalló que desde 2019 el mayor número de inmigrantes indocumentados proviene de Venezuela y Haití.
El SJM advirtió además que esos registros solo incluyen a individuos que se autodenuncian a su entrada al país y así son controladas por la PDI, pero dejan fuera lógicamente a un creciente número que no pasan por alguno de estos mecanismos y permanecen ‘invisibles’ para la institucionalidad, sin documentación alguna.
A juicio del Servicio Jesuita de Migrantes ‘esa cifra, que no ha podido ser sujeta a medición, aumenta de la mano del incremento de las medidas restrictivas con expulsiones masivas e ilegales, como también por la falta de respuestas institucionales a su situación.
Waleska Ureta, directora nacional de SJM, consideró al respecto que ‘si no enfrentamos esta situación articulando respuestas regionales y coordinadas y ocupando los instrumentos que poseemos para el ingreso regular, sólo empeorarán las condiciones de vulnerabilidad de esas personas y contaremos más migrantes fallecidos en el camino’.
Para el SJM alcanzar una migración segura, regular y ordenada, como es deseo del país, solo se logra ‘con medidas distintas a las expulsiones que de manera efectista estigmatizan a las personas migrantes, disminuyen las autodenuncias en la PDI y empeoran la convivencia’.
La funcionaria opinó que a corto plazo corresponde enfrentar la migración como un fenómeno permanente y de interés regional, utilizando las herramientas diplomáticas, para generar coordinación con autoridades del área y compartir acciones conjuntas, para abordar las causas que provocan la migración.
Consideró asimismo un imperativo que Chile suscriba el Pacto Mundial por una migración segura, ordenada y regular, e instó al Gobierno a buscar soluciones de corto, mediano y largo plazos para abordar las situaciones humanitarias que conlleva el desplazamiento irregular.
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