‘Basta con salir a la calle para ver que los brasileños sienten en la piel la destrucción del país. Pero hoy estoy aquí para decir que, a pesar de todo, Brasil tiene un camino’, afirmó el fundador del Partido de los Trabajadores en un video difundido por redes sociales a propósito de la fecha.
Señaló que el papel de un presidente de la República es regir con un sentido de ‘confianza en el presente y el futuro’ y ‘saber unir fuerzas y gobernar con ese sentimiento permanente, porque de él viene el ejemplo para el país’.
El exdirigente obrero alertó que ‘especialmente en este 7 de septiembre de un año tan difícil, en lugar de anunciar soluciones para el país, lo que hace (Bolsonaro) es llamar a la gente a la confrontación’.
De quien gobierna el país, añadió, se esperaría ‘una palabra de solidaridad a las familias que han sido víctimas de la pandemia (de Covid-19), y anunciara un plan para garantizar la vacuna para todos, poniendo fin a la angustia que vive la población’.
Lula insistió en que el exmilitar llama a ‘actos contra los poderes de la República, contra la democracia, que nunca respetó. En lugar de sumar, estimula la división, el odio y la violencia’, reiteró.
En su mensaje, el exlíder sindical atribuyó la crisis económica y social de Brasil al hecho de que el Gobierno dejó de invertir y no ha puesto ‘a los pobres en el presupuesto y a los ricos en el impuesto sobre la renta’.
Admitió que no es necesario citar cifras, porque los problemas son visibles y el hambre, la pobreza, el desempleo y la desigualdad no son ‘mandamientos divinos’, sino ‘el resultado de errores’ que pueden y deben corregirse, con la democracia.
‘Cambiar (esta situación) con valor, con confianza en nuestro pueblo y con democracia siempre. Sé que la vida nunca ha sido tan dura para la gran mayoría de nuestro pueblo. Pero he aprendido a creer siempre en la fuerza de los brasileños. Y en este 7 de septiembre quiero dejar registrado un mensaje de esperanza’, remarcó.
Brasil se dispone a vivir mañana una jornada de tirantez con manifestaciones estimuladas por Bolsonaro, quien no cesa en sus ataques al Poder Judicial y a la democracia, como denuncian desde disimiles sectores de la sociedad.
En ciudades como Brasilia y Sao Paulo se desplegaron fuertes dispositivos de seguridad para evitar eventuales contratiempos en las celebraciones de la independencia.
Lo anterior teniendo en cuenta además que partidos políticos, sindicatos, organizaciones sociales y movimientos populares también convocaron a actos en más de 190 urbes brasileñas y en el exterior bajo el grito: Fuera Bolsonaro.
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