La firma precisó que la inversión pública en la infraestructura del país y otros proyectos impulsarán gran parte del PIB, aunque aclaró que esa estrategia causará déficit fiscales.
El texto cita como debilidades de la economía nacional la baja base de exportaciones de bienes y servicios, que representó apenas un 13 por ciento del PIB en 2020, y la limitada entrada de Inversión Extranjera Directa (IED) en sectores no petroleros.
El ministro de Finanzas Mohamed Maait destacó esta semana la fortaleza de la economía egipcia, pese a las adversidades provocadas por la pandemia de la Covid-19.
Como ejemplo se refirió a la ubicación del país en segundo lugar a nivel global en el Índice de Normalidad, realizado por el semanario especializado The Economic, que compara los actuales datos económicos con los anteriores a la crisis sanitaria.
Asimismo, resaltó que en 2020 el déficit total del país bajó del 8,0 al 7,4 por ciento.
Recientemente, la titular de Economía Hala El Saeed anunció que el Producto Interno Bruto de esta nación crecerá 5,4 por ciento en el año fiscal 2021-22, mientras el desempleo y la pobreza bajarán al 7,3 por ciento y 28,5 por ciento, respectivamente.
Entre los objetivos, manifestó, está el aumento de las IED para alcanzar los siete mil millones de dólares y elevar las exportaciones no petroleras en un 10 por ciento para llegar a 19,5 mil millones de dólares.
La titular también citó entre las metas crecer en el flujo de remesas enviadas por los egipcios que trabajan en el exterior hasta los 30 mil millones de dólares.
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