Djokovic, número uno del mundo, peleará por agenciarse el éxito que le dé su cuarto título en Flushing Meadows y coronar así, el llamado Grand Slam tras sumar los triunfos en el Abierto de Australia, Roland Garros y Wimbledon.
De conseguirlo, igualaría la gesta alcanzada por el australiano Rod Laver en los años 1967 y 1969, pero además, aventajará en una corona al suizo Roger Federer (20) y al español Rafael Nadal (20) en el listado histórico de máximos ganadores en Torneos de Grand Slam.
‘Solo queda un partido y vamos a ponerlo todo. Voy a poner mi corazón, mi alma y mi cuerpo en ello. Afrontaré siguiente partido como si fuera el último de mi carrera’, remarcó Djokovic horas atrás luego de vencer en semifinales al alemán Alexander Zverev.
En su duelo con el germano, el ídolo de Belgrado mostró su mejor forma para desquitarse del revés sufrido ante el germano en la semifinal de Tokio 2020 y vencerle 4-6, 6-2, 6-4, 4-6 y 6-2 en tres horas y 33 minutos de confrontación.
El triunfo le permitió al serbio avanzar por novena vez a la final del abierto estadounidense, en el que salió campeón en 2011, 2015 y 2018, mientras finalizó segundo, en las ediciones de 2007, 2010, 2012, 2013 y 2016.
Su rival en la pista principal del Centro Nacional de tenis Billie Jean King, será el ruso Medvedev, verdugo en sets corridos 6-4, 7-5 y 6-2 del canadiense Félix Auger-Aliassime.
Medvedev, de 25 años y número dos del listado universal, aspira a vencer en la tercera oportunidad de disputar la final de un Grand Slam, luego de perder aquí ante Rafael Nadal en 2019, y en el Abierto de Australia 2021, precisamente frente a Djokovic.
La víspera, quedó definida la final del sector femenino en la que se coronó por primera vez la británica Emma Raducanu, ganadora por 6-4 y 6-3 a costa de la canadiense Leyla Fernández.
Raducanu, de apenas 18 años de edad, necesitó una hora y 52 minutos para deshacerse de su rival, apoyada en su servicio, con el que logró una efectividad del 71 por ciento y el punto del triunfo, con un ‘aces’ que la catapultó a la gloria deportiva.
La raquetista británica, escaño 150 del ranking mundial, se llevó el cetro sin perder un solo set en diez partidos, para convertirse además en la primera jugadora que gana el Abierto de Estados Unidos llegada de la fase de clasificación.
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