En la zona de Chiribiquete se encuentran tepuyes (clase de meseta especialmente abrupta) de más de 50 metros de altura, jaguares y otros, así como pinturas rupestres de más de 20 mil años de antigüedad, describió el funcionario administrativo.
Por tales motivos las comunidades no están de acuerdo con las desinfecciones y desean una erradicación de los cultivos ilícitos voluntaria y negociada, en la cual el actual Gobierno se comprometa con proyectos productivos, de educación y salud, advirtió Palacio.
Sus declaraciones al informativo televisado Noticias Caracol se producen a causa de incluirse ese territorio dentro del plan del Ejecutivo del presidente Iván Duque como el primero donde la cartera de Defensa aplicaría el herbicida tóxico glifosato.
Por su parte, Pedro Pauna, líder campesino de la región, recordó cómo tal práctica con el químico en el 2006 impactó los cultivos de maíz, frijol, yuca, plátano, entre otros, que satisfacen parte de las necesidades alimenticias de los ciudadanos.
Esa fumigación no solamente cae en el cultivo de coca, además se dispersa hacia los sembrados de pasto, las selvas, los rastrojos y todo allí lo acaba, aseguró.
Pauna destacó asimismo su preocupación sobre la afectación a los afluentes, algunos de ellos recargas hídricas de la Serranía del Chiribiquete, remarcó.
El ministro de Defensa, Diego Molano, anunció el pasado 12 de febrero que según el cronograma en menos de 90 días comenzarán las fumigaciones aéreas con glifosato en el territorio nacional.
En cambio, el titular de Medio Ambiente, Carlos Correa, afirmó que aún se realizan los estudios ambientales relacionados con su empleo.
Voceros de Duque argumentan que se deben usar todas las herramientas para combatir los cultivos ilícitos, aún cuando diferentes analistas valoran el componte ético a partir de trastornos comprobados en la piel y abortos.
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