En una declaración a propósito del Bicentenario de la Independencia de Costa Rica de España, Bussco asegura que hay ‘poco que celebrar y mucho por qué luchar’.
Tras referir a que los gobiernos de la región centroamericana plantearon diversas conmemoraciones que por la pandemia de Covid-19 han sido opacadas o modificadas, Bussco sostuvo que los movimientos sociales asumen una posición distinta de cómo valorar estos 200 años de formal independencia, ocurrida el 15 de septiembre de 1821.
Costa Rica, afirmó, transitó en estos dos siglos como un país que, a pesar de formalmente ser independiente, estuvo a lo largo del siglo XIX bajo la dominación de una oligarquía cafetalera, que construyó una nación esencialmente campesina y pobre. Refirió que el siglo XX fue un período de turbulencia política, de emancipación de la clase obrera y de punto de ruptura social que permitió la instauración de las garantías sociales, la creación de la Caja Costarricense de Seguro Social -encargada de la salud pública-, de la Universidad de Costa Rica y del Código de Trabajo.
Bussco denunció que la modernidad capitalista se instauró en el país en la segunda mitad del siglo XX, promoviéndose un modelo con un rol activo en la economía, y a finales de esa centuria comenzó su modificación hacia una estrategia de corte neoliberal que desregula la economía y plantea el desmantelamiento del Estado Social.
En sus primeras dos décadas, señaló, el siglo XXI puede ser denominado el de la consolidación del modelo neoliberal y el de la restauración conservadora por parte de las élites económicas y políticas a pesar de tímidos avances en materia de derechos humanos para algunas poblaciones.
El bloque sindical aseveró que el bicentenario halla una Costa Rica ‘cada vez más desigual, más pobre, con una riqueza más concentrada, con una élite económica/política dominante cada vez más corrupta y divorciada del conjunto de la sociedad’.
Por todo ello, Bussco consideró que es el momento de la defensa de la institucionalidad pública como garante de redistribución de la riqueza nacional y de defender el derecho al trabajo y a salarios dignos, luchar por condiciones laborales dignas y libertad sindical en el sector privado.
También, resaltó, es el momento de luchar por salud y educación pública de calidad, por el derecho a la tierra para hcerla producirla, por garantizar la plena igualdad de género y por una Costa Rica inclusiva, garante de derechos y al servicio de las mayorías.
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